El entorno corporativo actual exige al director financiero (CFO) una visión que trasciende la mera contabilidad. Esta metamorfosis se centra en la adopción de tecnologías que permitan centralizar y simplificar el acceso a los datos. Atrás quedaron los días en que el CFO se limitaba a analizar las cuentas, consolidarlas, preparar el informe anual y supervisar las transacciones pasadas.

Ahora, al director financiero se le exige un rol mucho más estratégico, decisivo a la hora de marcar el rumbo de la compañía, impulsar la resiliencia y asegurar la competitividad a largo plazo.

La paradoja de la limitación temporal

A pesar de la creciente demanda de análisis estratégicos, las horas del día son tan limitadas como los recursos de los que dispone el departamento financiero. Surge una paradoja: ¿Cómo puede el director financiero dedicarse a los análisis de valor si las tareas más rutinarias y administrativas consumen una parte significativa de la jornada laboral de su equipo? La digitalización y la automatización se presentan como la única solución viable para liberar este valioso tiempo.

La Inteligencia Artificial juega un papel determinante en este salto hacia lo que se denomina “finanzas inteligentes”. Sin embargo, es fundamental entender que esta tecnología no es una solución mágica que irrumpe de la noche a la mañana. La eficacia radica en la experiencia, en algoritmos que han sido desarrollados y perfeccionados durante años, escuchando y evolucionando con las necesidades específicas de los departamentos financieros.

Un ejemplo de este enfoque se observa en soluciones avanzadas para Cuentas por Pagar (AP) y Cuentas por Cobrar (AR), que digitalizan y automatizan procesos clave.

El imperativo de la IA avanzada

Las soluciones maduras de automatización han permitido durante tiempo la captura y categorización de datos de las facturas, independientemente de su canal de llegada o su formato, lo que ya supuso una ventaja significativa en la gestión documental.

Sin embargo, el reciente punto de inflexión lo marca la IA avanzada y la IA generativa, que elevan la capacidad predictiva y prescriptiva del área financiera.

Es crucial entender que no sirve cualquier algoritmo. Expertos analistas han advertido que “usar algoritmos inadecuados para casos de uso inadecuados puede generar malos resultados”.

Esto subraya la importancia de contar con plataformas cuya tecnología se haya desarrollado a través de una experiencia profunda, caminando de la mano de los clientes para conocer sus necesidades específicas en el ámbito de las transacciones financieras.

Esta experiencia resulta ser la clave para no errar en el proceso de adopción de la IA. Las organizaciones necesitan un plan pragmático para su implementación en la transformación de las cuentas por pagar y las cuentas por cobrar.

Anticipación y flujo de caja

La incorporación de capacidades de IA predictiva proporciona al director financiero ventajas sin precedentes, especialmente en la gestión de las Cuentas por Pagar.

Por ejemplo, ahora resulta mucho más sencillo realizar un cotejo de facturas de manera desatendida, un proceso que se va perfeccionando constantemente a través del aprendizaje automático. Ello posibilita, además, una detección del fraude mucho más precisa, identificando anomalías que podrían pasar inadvertidas para el ojo humano.

La gestión de pagos también alcanza un nivel superior. Ahora es posible realizar un análisis predictivo y prescriptivo, que permite identificar de manera proactiva oportunidades de descuento por pronto pago, impactando directamente en la liquidez.

Lo mismo sucede en el plano de las Cuentas por Cobrar, donde la IA permite evaluar los pagos que están en riesgo y pronosticar la recuperación de cuentas vencidas, mejorando la fiabilidad de las previsiones de tesorería.

La gestión de avisos de pago también se simplifica al categorizar automáticamente los correos electrónicos entrantes e incluso generar respuestas sugeridas a los agentes para ahorrarles tiempo y reducir el coste operativo.

El CFO como impulsor de la resiliencia

La automatización no se limita a la mera digitalización; la verdadera potencia reside en la capacidad de conectar los procesos de AP y AR en un único entorno inteligente. Esta interconexión es la base para que el CFO pueda elevar su gestión a un plano mucho más estratégico, impulsando la resiliencia integral de la empresa.

Eliminar las ineficiencias mediante la automatización inteligente y mejorar el flujo de caja, minimizando los riesgos, son algunas de las ventajas de adoptar este nuevo rol de líder empoderado. Lejos de ser un proceso complicado, la incorporación de la IA facilita este salto de manera intuitiva gracias al procesamiento de lenguaje natural.