Uno de los mayores retos que existen en un mundo cada vez más digitalizado es garantizar los niveles adecuados de ciberseguridad. Cada vez es más habitual que se produzcan hechos delictivos como el secuestro de datos o ransomware para realizar extorsión a empresas o la suplantación de personalidad online para realizar todo tipo de fraudes. La biometría es una de las herramientas más eficaces para combatir este tipo de problemas.
La ciberseguridad es una cuestión que preocupa tanto a particulares como a instituciones y empresas. Los primeros necesitan tener a salvo sus datos de carácter personal y quieren usar aplicaciones o navegar por internet sin preocupaciones. Los segundos buscan los beneficios de la digitalización garantizando la estabilidad de sus operaciones y la protección de la información sensible.
Una de las maneras para conseguir una estructura de ciberseguridad eficiente es garantizar un acceso estable e infalible a los sistemas informáticos. Es aquí donde la biometría ocupa un papel importante ya que se puede usar para establecer un sistema de reconocimiento eficiente en el ámbito digital .
Qué es la biometría y cómo se puede usar en ciberseguridad
La biometría es una ciencia que consiste en el análisis de las características físicas o del comportamiento de un sujeto para su identificación. Para conseguirlo se realizan mediciones objetivas que detectan las peculiaridades de cada persona.
Existen rasgos biológicos y morfológicos que son propios de cada individuo y que son muy difíciles de replicar como las huellas dactilares, la estructura de la retina o el perfil del rostro. Otras características únicas en cada persona se pueden encontrar en la secuencia del ADN y la composición de la sangre o la orina, pero requieren de análisis más exhaustivos e invasivos.
El comportamiento humano también puede ser medido e identificado por la biometría. Se trata de elementos como la gestualidad o la modulación de la voz. El principal inconveniente de este tipo de características es que pueden cambiar con el paso del tiempo y por eso son menos fiables. También son más fáciles de imitar.
¿Cómo se aplica la biometría a la ciberseguridad? Garantizando un sistema de acceso seguro de los usuarios a sus dispositivos y servicios online mediante un sistema de identificación eficiente. Como ya hemos comentado, la biometría mide rasgos de las personas que se pueden almacenar digitalmente mediante dispositivos electrónicos como sensores de presión o cámaras.
Todos estos datos se pueden usar para identificar a dichas personas usando las mismas herramientas electrónicas. Si la información biométrica recogida durante el acceso coincide con las mediciones anteriormente recogidas, entonces se permitirá que el usuario pueda obtener las prestaciones correspondientes de manera segura (como la realización de operaciones bancarias o el acceso a sus datos sanitarios).
Las ventajas en el uso de los sistemas de seguridad informáticos
La biometría ofrece un sistema de identificación muy efectivo por las siguientes razones:
Se basa en datos únicos. Como ya hemos indicado existen rasgos propios de cada individuo que no repiten en otros sujetos.
Son elementos universales. Se trata de características que tienen la gran mayoría de la población.
Permanecen en el tiempo. Determinados rasgos físicos permanecen inalterable en los sujetos y se pueden usar como referencia en cualquier momento de su vida.
Son registrables. Los datos biométricos se pueden almacenar en los sistemas informáticos y pueden ser usados para la identificación siempre que se necesiten.
La biometría es una gran alternativa al sistema tradicional de contraseñas que cada vez parece más obsoleto. Según los criterios de ciberseguridad se debe tener una por cada servicio o dispositivo que se use. Esto hace que un individuo pueda llegar a acumular hasta 60 contraseñas haciendo muy difícil su gestión. Además, para garantizar su eficacia se usan sistemas como la verificación en dos pasos que en la práctica resultan un engorro para los usuarios.
Aplicaciones de técnicas biométricas
Estas son algunas de las aplicaciones de la biometría a la ciberseguridad:
– El desbloqueo de los dispositivos electrónicos y el acceso a determinadas aplicaciones móviles mediante huellas dactilares o reconocimiento facial.
– Realización de gestiones con organismos públicos y en el ámbito privado con la firma biométrica.
– Activación de servicios de asistentes virtuales y prestaciones de smarthome mediante el reconocimiento de la voz.
– Autenticación de pagos mediante biometría facial.
– Apertura y encendido de vehículos con la huella dactilar, el iris o el rostro.
La creciente digitalización ha puesto en relieve la importancia de encontrar sistemas de ciberseguridad eficientes y estables a lo largo del tiempo. La biometría parece ser la mejor respuesta ante estas necesidades. Seguramente en un futuro muy próximo este tipo de tecnología estará aún más presente en nuestras vidas.