La transformación digital ha llevado a muchas empresas a integrar nuevas tecnologías y software a su dinámica de trabajo. Ahora todo se registra en la popular nube, y aunque no todos entiendan bien de qué se trata, muchos ya empiezan a disfrutar de sus beneficios. Ambos fenómenos, combinados con el crecimiento de una marca, han conducido a la aparición del Big Data.
Todas las tareas que llevan a cabo las empresas generan información que debe guardarse en algún lado; muchas veces, cantidades exorbitantes. Y aunque en el pasado ocurría algo similar, la forma de registrarla era muy diferente, además de estar sujeta a riesgos. Big Data ofrece soluciones y beneficios para estos contextos, aunque también varios desafíos a mediano y largo plazo.
¿Qué es Big Data?
Antes que nada, repasemos lo que es Big Data. El término hace referencia a conjuntos de datos muy grandes y complejos; tanto que las herramientas tradicionales de análisis se quedan cortas para almacenarlos o procesarlos de manera eficaz y adaptada a los nuevos tiempos. Para ello, se requieren tecnologías y aplicaciones informáticas con características especiales y muy potentes.
Los retos que representa la implementación de Big Data
Mantener la privacidad y la seguridad de la información registrada
Es un hecho que la digitalización actual ofrece numerosos beneficios a las personas y empresas. Los riesgos de pérdida por accidentes o extravío son mínimos, por ejemplo; aunque es más fácil acceder a los datos (siempre y cuando se tengan las credenciales necesarias). Pero resulta que los riesgos se han transformado porque esta información es el principal foco de interés de los piratas cibernéticos.
Por ende, uno de los grandes retos que deben abordar las empresas que implementan Big Data lo constituyen la privacidad y la seguridad. Sus almacenes de datos, tanto físicos como virtuales, deben contar con mecanismos de protección adicionales para evitar ciberataques. De lo contrario, las consecuencias podrían ser el robo, secuestro e incluso destrucción de los mismos.
Adaptación a las leyes vigentes
Los enormes almacenes de datos que supone el Big Data no hacen más que recordar la necesidad e importancia de una correcta gestión. Pero el tema de la privacidad, como muchos saben, también está sujeto a ciertas regulaciones que sirven de guía para ello. Con base en ello, las empresas que implementan esta tecnología deben garantizar la protección de los datos que resguardan, sean propios o de sus clientes.
Anticiparse a futuras regulaciones
Hasta ahora, las regulaciones en torno al Big Data son muy ambiguas. Por consiguiente, su implementación y uso están sujetos a las leyes que regulan la recopilación, el uso y el almacenamiento de ciertos datos; por ejemplo, la información personal de los clientes. Sin embargo, tarde o temprano, la amplia adopción de estos almacenes ameritará la creación de leyes más específicas.
Uno de los grandes retos del Big Data es anticiparse a estas regulaciones y seguir creciendo en el proceso. Bien sabemos que las leyes se encargan de definir los límites de ciertas prácticas; una vez aparezcan y se aprueben, el sector deberá reinventarse para continuar en evolución. Las empresas deben tenerlo presente desde el momento en que deciden unirse al juego.
Definir límites contractuales: uso y respeto de las obligaciones en el manejo de datos
El tema de las regulaciones también influye en la definición de los límites contractuales en las interacciones empresariales. El Big Data es tan versátil que permite que las compañías compartan datos de interés para sus negocios; esto hace mucho más fácil el acceso a estos y su uso de manera oportuna. Sin embargo, también conlleva importantes implicaciones en materia de seguridad.
Por ende, lo permitido y lo prohibido en dichas interacciones debe estar muy bien definido en los contratos. De este modo, pueden definirse los permisos de acceso y, a su vez, protegerse la integridad de los datos en el Big Data. Así que antes de compartir datos con otras compañías, es imprescindible confirmar que sus mecanismos de seguridad compaginan con lo estipulado en los contratos.
Adaptación al entorno cambiante
Y, por último, un desafío al cual deben enfrentarse las empresas que apuestan por el Big Data: la obsolescencia programada. No bastará con invertir una sola vez en este ingenio puesto que su evolución es tan rápida como la de otros. Las empresas que opten por este deben evaluar la rentabilidad a largo plazo considerando próximas inversiones para mantener el software a flote.