A día de hoy nadie duda de que trabajar en la nube tiene innumerables ventajas, sobre todo en estos momentos que estamos viviendo de teletrabajo y digitalización, pero también existe algún que otro inconveniente que hay que tener en cuenta.
Tómate algo de tiempo para entender las ventajas y desventajas de trabajar en la nube. Hoy te las contamos en este artículo para que puedas sacarle el máximo provecho para tu negocio.
Ventajas de trabajar en la nube
Confiabilidad
Como nos vamos a aprovechar de la gran infraestructura de nuestro proveedor de almacenamiento en la nube, esta será mayor y más segura que la nuestra, más aún si somos una PYME. Su plataforma de servicios gestionados es mucho más fiable y consistente que una infraestructura de IT interna. Sería raro encontrar actualmente un proveedor que no ofrezca un acuerdo de nivel de servicio 24/7/365 y con un 99,99% de disponibilidad.
Así pues, tu organización va a beneficiarse de una enorme cantidad de recursos de IT redundantes, y georredundantes, así como de mecanismos de reconexión rápida. Si falla un servidor, las aplicaciones y servicios alojados en él se trasladan fácilmente a cualquiera de los otros servidores disponibles. Así te aseguras de que tendrás tu sistema siempre activo.
Proporciona una ventaja competitiva
Como ya vimos anteriormente, los recursos informáticos pueden proporcionar una ventaja competitiva sobre tu competencia. Por ejemplo, en el caso de trabajar en la nube, el tiempo que necesitas para la adquisición de infraestructura IT es prácticamente nulo. Por regla general, únicamente tendrás que pasar por un breve periodo de configuración y personalización en los sistemas que sean más complejos.
Tu empresa puede implementar aplicaciones críticas que proporcionen beneficios significativos, sin costos iniciales y con un tiempo de aprovisionamiento mínimo. Además, la computación en nube permite que te olvides de la tecnología y te centres en las actividades clave de tu negocio y en cumplir tus objetivos. Las actualizaciones de infraestructura de IT y mantenimiento se eliminan por completo, quedando a cargo del proveedor.
Manejabilidad
Trabajar en la nube también ofrece una mejor y más simplificada gestión de las capacidades de mantenimiento de IT, gracias a una administración central de recursos por parte de personal especializado y a una infraestructura gestionada por el proveedor. Por regla general, disfrutarás de una interfaz de usuario basada en web, sencilla, para acceder a software, aplicaciones y servicios, sin necesidad de instalación.
Ahorro de costes
Tal vez el beneficio más significativo de trabajar en la nube es el ahorro de costes de IT. Con la computación cloud, se pueden ahorrar costes sustanciales con cero requisitos de almacenamiento de servidor interno y de aplicación. La falta de infraestructura en las instalaciones propias también elimina sus costes operativos asociados en forma de energía, aire acondicionado y gastos de administración.
Además, los propios equipos de los usuarios requieren una menor potencia a la hora de gestionar todos los datos. Pagas por lo que usas y lo desactivas cuando quieras, por lo que es fácilmente adaptable. No hay inversión de capital de IT por la que preocuparse.
Por otra parte, es un error común pensar que sólo las grandes empresas pueden permitirse el lujo de usar la nube cuando, en realidad, los servicios en la nube son muy asequibles para las pequeñas empresas.
Desventajas de trabajar en la nube
Dependencia de un proveedor
Aunque los proveedores de servicios cloud prometen que la nube es flexible para usar e integrar datos, el cambio de servicios es algo que no ha evolucionado todavía por completo. Y, en algunos casos, las migraciones o el uso de tus datos fuera del sistema pueden complicarse una vez se deja de ser usuario. Así pues, asegúrate de que tu proveedor te facilitará tu información y su uso una vez cese el servicio, si fuera necesario.
Tiempo de inactividad
Algunos proveedores de servicios cloud se ocupan de un gran número de clientes cada día, lo que puede llegar a abrumarles e, incluso, pueden producirse cortes técnicos. Esto puede provocar que tus procesos de negocio queden suspendidos temporalmente. Además, si tu conexión a Internet no funciona, no podrás acceder a ninguna de tus aplicaciones, servidores o datos en la nube.
Control limitado
Dado que la infraestructura de la nube es propiedad, está gestionada y es supervisada por un proveedor de servicios, estás transfiriendo todo el control sobre esa infraestructura a dicho proveedor. El cliente solo puede controlar y gestionar aplicaciones, datos y servicios operados por encima de eso, no la propia infraestructura de backend. Las tareas administrativas clave, tales como el acceso shell del servidor, la actualización y la gestión de firmware no pueden ser transferidos al cliente o usuario final.
En conclusión, por regla general y salvo casos muy específicos, las ventajas de trabajar en la nube suelen superar a los inconvenientes. No obstante, en casos muy concretos, sería adecuando contar con el asesoramiento de un consultor tecnológico de confianza. Ponte en contacto con nosotros y te ayudaremos a elegir la mejor opción de almacenamiento para tu empresa.