Nube híbrida, ¿sabes qué es y cuáles son sus ventajas?
El cloud computing ha ido conquistando cada vez más parcelas en el mundo de la infraestructura informática de las empresas, hasta el punto de convertirse ya en una tecnología imprescindible para organizaciones de todo tipo. Aunque muchas empresas todavía dudan sobre trasladar sus archivos a la nube, ya sea híbrida, pública o privada, un estudio de la consultora Gartner estima que para este año 2020, el mercado del cloud se situará en los 266.400 millones de dólares a nivel mundial.
En la actualidad, existen tres tipos de nubes: nube pública, nube privada y nube híbrida. Vamos a empezar por explicar los dos primeros, para poder entender mejor el tercero.
- Cloud público: los servicios de este tipo de nube se encuentran en servidores externos, a los que se puede acceder desde la red. Su principal ventaja es que ofrecen la capacidad de almacenamiento y procesamiento necesaria sin tener que hacer una gran inversión inicial, ya que se paga por uso. Sin embargo, terceras personas o entidades tienen acceso a servicios y aplicaciones compartidas con la empresa y existe una dependencia de los servicios en línea.
- Cloud privado: este tipo de nube es propiedad de la empresa, es decir, que tanto el servidor como la red y el disco pertenecen a la organización, que tiene que encargarse de la adquisición inicial y del mantenimiento. Ofrece mayor seguridad y privacidad, ya que suele ser de uso exclusivamente interno y la empresa tiene el control total sobre la infraestructura, pero requiere de una mayor inversión.
¿Qué es cloud híbrido?
Como definición de la nube híbrida, se trata de aquella caracterizada por combinar varios entornos de nube pública y de nube privada, es decir, que para algunos procesos se utiliza nube pública y, para otros, privada, permitiendo a las organizaciones diseñar una arquitectura de recursos IT a la medida de sus necesidades. Sin embargo, también es posible configurar una nube híbrida formada por varias nubes públicas proporcionadas por distintos proveedores de cloud pública.
Normalmente, se utilizan los servicios privados para las operaciones más críticas (por ejemplo, para almacenar información confidencial), mientras que los servicios públicos se reservan para procesos en los que la privacidad no es tan importante, como guardar y compartir documentos en red. Ambos entornos tienen que ser accesibles para los usuarios a través de internet, desde cualquier dispositivo.
No obstante, una empresa puede tener nube pública y nube privada, y no disponer de nube híbrida. Para hablar de nube híbrida no solo se trata de utilizar recursos de ambos entornos de manera separada, sino que estos deben estar conectados entre sí. Así pues, las nubes híbridas tienen varios puntos de contacto, controlados por una API y se componen de soluciones de software encargadas de controlar y administrar la migración de cargas de trabajo, el despliegue de recursos, la integración entre plataformas y la ejecución de aplicaciones. De esta manera, es muy fácil de administrar y gestionar, ya que la migración entre ambas nubes es muy sencilla de ejecutar y se puede hacer en cualquier momento.
Se trata de una solución ideal para aquellas empresas que todavía no están convencidas de confiar todos sus archivos a la nube, puesto que les permite mantener el control de los documentos más críticos mientras disfrutan del resto de beneficios del cloud.
Ventajas de la nube híbrida
Escalabilidad
La nube híbrida es un sistema capaz de adaptarse a las necesidades de espacio, de memoria y de velocidad de cada empresa. Si se trasladan a la nube pública la mayoría de las funciones menos críticas, la empresa se puede beneficiar de la escalabilidad de este entorno y, a la vez, reducir la demanda de la privada. En este sentido, la nube híbrida puede crecer de forma horizontal, añadiendo unidades de procesamiento en función de las cargas de trabajo, y también vertical, liberando más recursos a las unidades de procesamiento ya existentes.
Ahorro
La nube híbrida supone un ahorro de recursos importante para las organizaciones, puesto que pueden evitar tanto costes de infraestructura como de mantenimiento y soporte de aplicaciones. Además, la inversión inicial necesaria es mucho más reducida que en el caso de optar por una infraestructura completa de cloud privada.
Interoperabilidad
La interoperabilidad es la principal característica de este sistema de almacenamiento, puesto que es lo que permite que el modelo se considere híbrido: para que la nube sea híbrida, como hemos comentado, deben existir puntos de contacto entre ambas, como un software compartido y la posibilidad de hacer cargas o migraciones de una nube a otra.
Seguridad
Como se dispone de los dos entornos, público y privado, la empresa puede elegir en qué nube almacenar su carga de trabajo crítica y en cuál la menos importante. Si los datos y los procesos más críticos están soportados en la nube privada, se garantiza que están bien protegidos, se asegura el cumplimiento de la normativa en protección de datos y se conserva todo el control sobre ellos.
Flexibilidad
Disponer al mismo tiempo de nube pública y nube privada proporciona a las organizaciones un gran abanico de opciones a la hora de escoger qué servicio resulta más útil para cada necesidad y para cada momento.
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