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Errores habituales en los procesos de transformación digital que puedes evitar

Tal y como hemos explicado en otras entradas, la transformación digital es el objetivo empresarial del siglo XXI. En un contexto ampliamente digitalizado, todos los negocios, independientemente de su sector, deben apostar por una nueva forma de funcionar para no quedarse atrás. Pero este es un mundo en el que, en ocasiones, las organizaciones dan palos de ciego. Así pues, y para que no te ocurra, a continuación te explicamos los errores más habituales en estos procesos de transformación.

Errores habituales en los procesos de transformación digital de la empresa

A continuación te damos a conocer los principales fallos a evitar. La mayoría están relacionados con una escasa labor previa, consecuencia de no apostar por una consultora que coordine toda la adaptación.

1. Hacer una transformación superficial por falta de compromiso

Numerosos directivos siguen prefiriendo tradición en vez de modernidad. Entendemos que cada empresa tiene su filosofía, pero ignorar la tendencia a adaptarse a los nuevos tiempos no es una buena opción. Hoy en día es mucho más sencillo apostar por las nuevas tecnologías, por lo que no debemos tener miedo a la hora de reinventar nuestra compañía.

Desde el punto de vista del consumidor, un negocio digitalizado es una opción fiable. Y lo valorará positivamente frente a otros que siguen trabajando de la misma forma que hace una década. En el caso de que la directiva no tenga conocimientos suficientes para esta tarea, recomendamos externalizarla, confiando en una empresa especializada.

2. Miedo a transformar los valores internos del negocio

Toda compañía está guiada a nivel interno por una serie de principios. Pero, a menudo, a la hora de dar el salto digital estos valores de referencia deben cambiar. Sin embargo, en muchas ocasiones se piensa que basta con anunciarlos y convertirlos en una estrategia publicitaria.

En ese sentido, se debe trabajar cada nuevo valor y hacer partícipe de él a todos los empleados. Solo así se conseguirán verdaderos cambios que provengan del interior de la compañía.

3. Deficiente elección de prioridades

El miedo a los grandes cambios puede hacer que los directivos tomen decisiones arriesgadas. Y, como consecuencia, el presupuesto se agota rápidamente. Todo por no haber determinado con la suficiente especificidad qué aspectos se deben modernizar en mayor profundidad. La solución está en elaborar un plan de actuación en el que tomen partido representantes de todos los departamentos del negocio, indicando sus necesidades, demandas y particularidades.

4. Contar con un presupuesto inadecuado

Con inadecuado nos referimos tanto a que sea excesivo como insuficiente. En el primer caso, un plan demasiado ambicioso puede no adaptarse a la realidad de la empresa e impedir que, en el futuro, se lleven a cabo otros planes de adaptación tecnológica complementarios.

Por otra parte, si el presupuesto es insuficiente, habrás gastado dinero en un plan que, finalmente, no tendrá el impacto que esperabas. La clave para rentabilizar la transformación es contar con un presupuesto adecuado a la envergadura del negocio.

5. Olvidar la seguridad

Cuando elevamos la actividad profesional al sector digital, podríamos estar exponiendo la información al ataque por parte de delincuentes digitales. Y eso puede dar lugar a pérdidas económicas que, en muchos casos, resulten insalvables.

Si un plan de transformación digital de la empresa está mal organizado, se olvidan aspectos como la ciberseguridad. Asimismo, se pone en riesgo la privacidad de empleados y clientes. Y, como podrás imaginar, todo esto compromete la fiabilidad y reputación del negocio, que, por ejemplo, puede dejar de ser visto como una opción segura para realizar compras online.

6. No colaborar con partners digitales

La parte técnica de la digitalización requiere del montaje de equipos multidisciplinares y de toda una red tecnológica de alta velocidad. Además, se deben crear portales online que garanticen el acceso a todo el personal y renovar el material de trabajo, lo que tiende a ser bastante costoso. Recuerda que todos los empleados deben recibir formación específica.

Todo esto requiere, sobre todo, tiempo. Si confías en un colaborador externo que se haga cargo de proporcionar lo que necesites, estarás agilizando el proceso y evitarás que la competencia se te adelante.

La importancia de una consultoría

Una consultora de transformación digital evitaría todos los problemas que te hemos dado a conocer a lo largo de este texto. Estarías confiando en profesionales que cuentan con experiencia y que, a su vez, muy probablemente habrán trabajado con otros negocios de tu sector y conocerán la situación de la competencia.

La labor de una consultora implica un trabajo a todos los niveles, sin obviar ningún aspecto. Recuerda que uno de los errores a los que hacíamos referencia era ignorar aspectos fundamentales, como la ciberseguridad. A su vez, el feedback que proporcionan sus expertos después de una actuación te permite elaborar nuevos planes de adaptación que potencien los resultados.

En suma, la transformación digital puede ser muy rentable si confías en una empresa especializada que se haga cargo de coordinar el proceso. En GDX te recordamos la importancia de implicar a todo el personal, impartir la formación necesaria y observar los resultados para aprender de los errores y evitar consecuencias negativas. Ponte en contacto con nosotros y te ayudaremos a enfocar la transformación digital de tu compañía.

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