Si el ritmo del mundo anterior al coronavirus ya era rápido, el lujo de disponer algo de tiempo para planificar estratégicamente ahora parece haber desaparecido por completo. Así, muchas empresas que habían diseñado una estrategia digital en fases con una duración de, por ejemplo, de uno a tres años, se están viendo obligadas a acelerar sus iniciativas y a implantarlas en cuestión de semanas o meses.

Según una encuesta realizada a nivel europeo por The Economist, alrededor del 70 % de los ejecutivos ha manifestado que la pandemia ha acelerado el ritmo de su transformación digital. Esta aceleración ya es evidente en todos los sectores y países. Solo tenemos que ver, por poner un par de ejemplos, cómo han cambiado su estrategia digital los bancos, que han migrado rápidamente de los canales físicos a canales online, o los proveedores de atención médica, que han adoptado rápidamente soluciones de telesalud.

Influencia de la Covid-19 en la estrategia digital

La crisis provocada por la Covid-19 nos ha llevado repentinamente al mundo del futuro, un mundo en el que lo digital se ha convertido en el centro de cada interacción. Esto obliga tanto a las organizaciones como a las personas a agilizar la curva de aprendizaje en la adopción de nuevas tecnologías casi de la noche a la mañana.

Se trata de un mundo en el que los canales digitales se han convertido en el modelo principal (y, en algunos casos, el único modelo) de contacto con el cliente. Un mundo donde los procesos automatizados han pasado a ser el principal impulsor de la productividad, así como la base de cadenas de suministro flexibles, transparentes y estables. Un mundo en el que las formas ágiles de trabajar son un requisito previo indispensable para poder adaptarse a los cambios de comportamiento del cliente.

La crisis como oportunidad

Ahora es el momento de reevaluar la estrategia digital, de potenciar aquellas iniciativas capaces de brindar ayuda a corto plazo, tanto a los empleados como a los clientes, y que conseguirán que las empresas que las utilicen estén preparadas para competir y operar en un mundo post Covid. En ese mundo postcrisis, algunas cosas volverán a su forma anterior, mientras que otras habrán cambiado para siempre. Ir a lo seguro ahora, a corto plazo, por comprensible que parezca hacerlo, suele ser la peor opción.

Así pues, ahora que la crisis de la Covid-19 ha obligado a los clientes, empleados y cadenas de suministro a utilizar canales digitales y nuevas formas de trabajar, es el momento de plantearnos algunas cuestiones. ¿Cuáles son las acciones digitales audaces que en el pasado dudábamos en llevar a cabo, incluso aunque sabíamos que con el tiempo serían necesarias? Por extraño que parezca, ahora mismo, en un momento de crisis, es precisamente el momento de avanzar con valentía en la agenda digital.

Centrarse en la tecnología

 Este cambio abrupto que se ha producido en todos los ámbitos hacia las operaciones e interacciones virtuales, también ofrece la oportunidad de acelerar el ritmo de aprendizaje y de adopción de aquellas tecnologías con las que las organizaciones hubieran empezado ya a trabajar. A medida que la experimentación aumenta y se empiezan a utilizar nuevas soluciones, también lo hace el aprendizaje.

Además, una transición tan rápida hacia lo digital también puede ayudar a mostrar posibles puntos problemáticos con las tecnologías que se estén utilizando actualmente en tu organización. Así, puedes comprobar qué probabilidades hay que de que el conjunto de soluciones de software con el que se trabaja vaya a funcionar correctamente en el futuro. A continuación, indicamos algunos factores que deben tenerse en cuenta cuando se aprenden y se adoptan nuevas tecnologías más rápidamente:

• Seguridad de datos. ¿Está experimentando infracciones a medida que se pasa al trabajo remoto y al intercambio de datos?
• Escalabilidad. ¿Dónde se producen las interrupciones y los bloqueos cuando el 100 % de las interacciones con clientes, empleados y socios comerciales se vuelven virtuales?
• Usabilidad. En este momento, los clientes y socios comerciales a menudo no tienen más remedio que acceder a nuestros productos o servicios a través de las nuevas ofertas digitales. Sin embargo, estas opciones se irán ampliando a medida que salgamos de la crisis. ¿Conseguirán mantenerse igual de bien las nuevas ofertas? Si su usabilidad actual es baja, es el momento de trabajar en ellas para mejorarlas ahora, mientras todavía tienen una audiencia asegurada que puede permitirnos hacer pruebas y aprender.

Estrategia digital: no lo hagas solo

Como hemos venido diciendo, en un momento de crisis, las necesidades cambiantes impulsan cambios rápidos tanto en la mentalidad como en los comportamientos de los empleados, que se traducen en una mayor disposición para probar cosas nuevas. En este sentido, contar con una consultora con gran expertise en la transformación digital de las organizaciones que pueda acompañar en este camino, ahora acelerado, cobra más relevancia que nunca para llevar a cabo una estrategia digital eficaz. Ponte en contacto con nosotros y nuestros consultores especializados en diferentes soluciones de digitalización analizarán tus necesidades para proponerte el escenario más adecuado.